Tan importante como proponer nuevas actividades y conceptos es comprobar si se progresa en el aprendizaje.
Para valorar ese progreso usamos una matriz de valoración. Este tipo de evaluación nos ha dado ya muy buenos resultados en otras materias.
La plantilla que proponemos para Griego I está dividida en cinco partes, que corresponden a las competencias que consideramos que han de adquirirse al aprender una lengua: comprensión y expresión oral, comprensión y expresión escrita, interacción oral.
Cada una de esas competencias se define por medio de una serie de criterios graduados en una escala, dependiendo del nivel de progreso en el aprendizaje. Si se demuestra haber conseguido el mayor nivel en cada uno de los apartados, la valoración será la máxima.
Usar este tipo de instrumentos permite, por una parte, la valoración de modo objetivo del progreso en el aprendizaje. Los estudiantes conocen la tabla y saben los criterios que se les va a aplicar, lo que se espera de ellos, así que no hay lugar para la discusión. Por otra parte, a los estudiantes les sirve como instrumento de formación, pues les permite conocer sus fallos y aquello en lo que han de mejorar.
Este modelo no es definitivo, puede y debe mejorarse. La experiencia nos permitirá corregir y mejorar. Por eso se agradecen comentarios sobre las posibilidades de mejora.
Este modelo no es definitivo, puede y debe mejorarse. La experiencia nos permitirá corregir y mejorar. Por eso se agradecen comentarios sobre las posibilidades de mejora.